Cómics underground

El cómic con Linea Chunga

Los cómics underground nacieron de la necesidad de algunas almas sensibles de expresar sus emociones fuera de los géneros comerciales preestablecidos. Antes, cuando alguien no se identificaba con lo que ofrecía el mercado, cogía un puñado de hojas y una grapadora y contaba su propia historia. Y hoy en día, también. Así nacieron los fanzines, publicaciones al margen de las grande editoriales en los Estados Unidos de los años 60. Historias fuera de los cánones tradicionales, críticas con las ideologías y con la sociedad, y controvertidas cuanto menos. Sin saberlo, estas grapas caseras acabarían originando el concepto de cómics underground que conocemos hoy.


En España, a estas grapas semejantes estilísticamente a aquellos tebeos de la prensa contracultura americana, se les conocía como «línea chunga» española. También se aceptaron términos como revista underground o tebeo underground.



El origen de los cómics underground

En Estados Unidos, los cómics underground se relacionaban con otros movimientos, como la protesta estudiantil, la defensa de los derechos civiles o la oposición a la guerra de Vietnam, por ejemplo.

En el año 1968 vería la luz en San Francisco el primer cómic-book Undergorund de Zap Comix. Historia en su totalidad dibujada y guionizada por Robert Crump. Aunque no sería el primero de los cómics underground del mercado, Zap se convirtió en el emblema del género, popularizando el término Underground.

Las historias que narraba Robert Crumb eran controvertidas por sus problemas con las mujeres y con los jóvenes de su tiempo y sus discursos hippies. El grado de incomodidad que generaban sus publicaciones hacen sus obras difíciles de concebir en una sociedad como la de hoy en día.

Hacia los años 80, con la influencia de la revista Mad y el auge de la novela gráfica, nacería el fenómeno de cómic alternativo. Este término comenzaría a utilizarse en sustitución de la palabra «underground». Revistas de relevancia como RAW (1980) de Art Spiegelman o Weirdo (1981) del mismo Robert Crumb, serían compañeras de este nuevo florecer del cómic.

Otros autores de interés

Otro de los grandes autores de los cómics underground es Gilbert Shelton. Shelton pasó varias décadas dibujando las aventuras de los Freaks Brothers, un grupos de hippies que tenían como objetivo colocarse y explicar como no ser personas de provecho. Un grupo con el que Robert Crumb se hubiera metido sin dudarlo.

Harvey Pekar fue también un gran artista a su manera, pero sin dibujar. Se convirtió en cronista de su propia vida, ayudado por diversos dibujantes. Algo diferente sucedía con Richard Corben, quien por medio de sus propios dibujos contaba sus historias. Historias llenas de pura evasión de la realidad, derribando tantos tabúes como Crumb había hecho con la sociedad de su tiempo. Charles Burns criticaba a la sociedad desde todos los puntos de vista, convirtiendo incluso a enfermedades venéreas en personajes recurrentes de sus historias. Y en los años 90, fue Peter Bagge quien se puso en los zapatos de Crumb para criticar a la juventud su tiempo, con su obra titulada Odio.



La ramificación española de los cómics underground: La línea chunga

Fue en los años 70 cuando los cómics underground verían la luz por primera vez en Barcelona. El Rrollo Enmascarado fue el primer fanzine autóctono, al que siguieron otros como Paupérrimus, Catalina, Cantidades, Bazofia, De Quommic y, destacando, la revista Star (1975).

Muchos de los autores que participaban en los fanzines de la época son lo que posteriormente se trasladaron a El Víbora (1975), Bésame Mucho (1980) o Makoki (1982). Serían los propios autores de El Víbora los que se autodenominarían como la «línea chunga» frente a la revista Cairo, considerada «línea clara». Teniendo en cuenta también que no podían considerarse del todo underground porque su difusión era masiva.

Si hubiera que describir los cómics underground nacionales, podríamos decir que son historias protagonizadas por personajes marginales, donde no se escatiman las menciones a la violencia, el sexo, las drogas o el humor negro. Historias siempre caracterizadas por la defensa de manifestaciones culturales paralelas a lo tradicional, como el rock, las comunas o el antiimperialismo, atacando a los principios sociales conservadores.


La actualidad de los cómics underground

A día de hoy existen multitud de cómics underground en nuestro país. Dada la idiosincrasia de estas publicaciones, de tiradas cortas y difusión reducida, encontramos en cada punto de la península autores que acercan sus historias al público en ferias, eventos o librerías locales.